jueves, 4 de junio de 2009

Libertad de expresión

¿Hasta dónde es aceptable que una persona se exprese libremente? ¿Por qué existen personas que se creen con derecho de aplastar la "libre expresión" de un tercero? Parece que en nuestra sociedad hay una enfermedad que llamaré mojigatitis.
La mojigatitis se puede manifestar de forma aguda o crónica. La crónica la padecen aquellos que se resisten a dar su brazo a torcer y piensan que merecen la última palabra, claro que todo esto en nombre de su propia "libertad de expresión". También existen aquellos que padecen de esta absurda enfermedad en su fase temprana, la aguda. O sea que se manifiesta en pequeños lapsus, de vez en cuando. Los síntomas más claros son un despotricamiento desmedido y aparentemente razonable, defendiendo su punto de vista con falacias de las más simplonas, y también un desagradable y jactancioso tono que peca de timorato.
Y es que la mojigatitis entre otras cosas, empeora el discernimiento, y adelgaza la interpretación. Es importante saber entender qué hay más allá de las palabras. Más que qué se dice, qué significa y cómo significa.
Para vencer el prurito que brota cada que se escucha -o lee- un comentario diferente al nuestro, es necesario sopesar y analizar todas las vertientes su discurso: cuándo se dijo, cómo se dijo, bajo qué circunstancias se dijo. Y además también hace falta una vacuna de ubicaína.
Los que, lamentablemente, padecen de mojigatitis les hace falta poner los pies en la tierra y entender que sus derechos terminan donde comienzan los del otro. No es aceptable opacar a los demás suponiendo que lo que decimos es mejor porque gana en razones, ni porque es "una verdad evidente" ni porque "me da la gana". Sucede que le tengo alergia a la mojigatitis, y mi tolerancia tiene un límite.

3 comentarios:

  1. ¿Estás hablando de mí? Qué malo eres. ¿Puedo defenderme diciendo que al menos no tengo la gripe porcino-aviar?

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  2. Creo que Sebastián trata a la vez dos problemas distintos (creo).
    1) La represión contra la libertad de expresión ajena.
    2) La autorrepresión que impide decir lo que a uno le da la gana.
    O tal vez, Sebastián solo hablaba de 1).
    Opino que son dos casos cuyas particularidades ameritan tratamiento aparte (si bien pueden tener puntos de encuentro... supongo).
    También opino que la 1) es un rollo ya muy visto. Y que la 2 puede ser hasta apasionante.

    Un ejemplo o caso vinculado a 2. Sospecho que hay tanto que hemos autorreprimido que incluso asumimos que nosotros jamás expresaríamos la idea X, que eso jamás se nos pasaría por la cabeza... Y lo peor es que somos sinceros...

    Otro caso vinculado a 2. Opino que los blogs tienen entre sus atractivos que se puede maullar y ladrar libremente (aunque luego los perufílicos lo estén persiguiendo a uno -¡y fuera del ciberespacio! ¡en la vida real!-, conque uno es fulano de tal que ha escrito en el blog con el seudónimo de mengano de cual...

    Ultimo ejemplo. Cierta vez en cierta organización, aparecieron unos panfletos acusatorios bravazos por el email y sin firma. Denuncias de tejes y manejes y cosas por ahí. La reacción de los bienpensantes fue la de lloriquear que qué poco hombres, que qué poco dignos de no dar la cara y recurrir al anónimo.
    ¡Uf! Y sobre los tejes y manejes ni una palabra. Pero sí tenían su "explicación": eso era lo práctico y realista, transparentar o concursar algo así era una pérdida de tiempo y tal... ¡y eso les era evidente!

    Voy a decir una última barbaridad. Algunos quedaron convencidos (pero a medias) de que el anónimo es bueno. Pues sí. Sé de muchos que entre su autorrepresión y su conocimiento de lo que tenían que perder por decir eso en voz alta (amigos incluso) nunca lo iban a decir.

    ¿Qué hemos aprendido de todo esto? Que Perufilia es bacán porque todo el rollo es bien pensante. Y qué bien estos jóvenes que sin reprimirse opiniones ni pensamientos solo hablan de cosas bonitas.

    Ja, ja, ja!!!
    (Y no me digan "tú fuiste" la próxima vez que los vea).

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  3. Apoyo a Olalá y pienso que si quieren aludir a un ANONIMO digan "anomimo de las 8pm de junio 6 dijo...".
    Y no repriman el ser ANoNIMO.
    Osea, ya quiten eso de "Por favor escribir sus nombres o pseudónimos en ves de comentar como anónimos. Perufílicos se lo agradece".
    Habrá un día que la historia de las ideas se escriba sin nombre ni fechas (idea ajena, que no me da la gana de decirles de quien).

    Porque lo que importan son las IDEAS...

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Por favor escribir sus nombres o pseudónimos en vez de comentar como anónimos. Perufílicos se lo agradece.